1. El síndrome del oso panda (2)


    Data: 13/07/2019, Categorie: Sesso di Gruppo Autore: Vero_y_Dany, Fonte: xHamster

    3
    
    Conversaciones de alcoba (Dany)
    
    —Lo siento, Dany, no sé qué me sucedió, tú sabes que yo no soy así. Me dejé llevar por la situación… no tengo excusa alguna —terminó Vero deshecha en llanto.
    
    Me encontraba como paralizado, sin poder dar crédito a lo que acababa de escuchar.
    
    ¡Vero en brazos de otro hombre!
    
    Inimaginable. Tenía que tratarse de un error. O de alguna manera se había enterado de mi aventura con Caitlyn, y esa era su forma de castigarme por ello.
    
    Pero no. Había habido demasiados detalles en su relato, y su gesto compungido, con las lágrimas corriendo por sus mejillas a raudales, no eran en modo alguno simulados. Y había aún otra cosa: ella había dicho que lo que me contó había sucedido el primer martes que estuve en Nueva York, y esa noche no respondió al teléfono. Y su actitud cuando hablamos al día siguiente había sido evasiva, y se le notaba muy violenta.
    
    «¡Joder! Era cierto».
    
    Pero, ¿cómo podía reprocharle nada? Yo también le había sido infiel. Y no una noche, sino todas las noches de una semana.
    
    No sabía que iba a ser de nosotros, de nuestro matrimonio. Pero al menos, ella también merecía conocer mi historia.
    
    Lentamente, como en un sueño, comencé a hablar.
    
    4
    
    Sexo en New York (Dany)
    
    Es casi un tópico suponer que cuando un hombre viaja lejos de su ciudad (y de su esposa) inevitablemente buscará compañía femenina, y de eso iba la broma de Vero cuando nos separamos en el aeropuerto.
    
    Yo no lo había hecho nunca, —casi me ...
    ... avergüenza decirlo—, y eso que mis viajes son mucho más frecuentes de lo que me apetece.
    
    Pero… sí es cierto que en esas ocasiones me invade un sentimiento especial: SÉ que podría buscarme una aventura, y la anticipación de lo que podría suceder si lo hiciera, me mantiene en un estado de semiexcitación. Miro a las mujeres de “otra” manera. Normalmente no suelo permitirme recorrer con la vista un hermoso cuerpo femenino (mucho menos cuando Vero me acompaña) pero no siento que haya nada de malo en ello cuando estoy de viaje. Incluso a veces, por ejemplo, fantaseo con proponer a una auxiliar de vuelo especialmente atractiva que nos veamos en la ciudad de destino, y en esas ocasiones he llegado a experimentar el principio de una erección.
    
    Pero no paso de ahí.
    
    Y nunca he sabido por qué.
    
    Veamos: estamos en el siglo XXI, no en el XV, y en Europa, no en un país de esos donde matar por razones de honor está tolerado. Somos lo suficientemente civilizados (al menos la mayoría) como para prescindir de sentimientos de posesión con respecto a nuestra pareja. Y si para mí (al menos en teoría) no sería un drama que mi mujer tuviera una aventura, de la misma manera debería concederme a mí mismo una alegría en ese terreno.
    
    Pero somos como somos, por lo que jamás había pasado de desearlo en abstracto.
    
    Soy una persona sociable, de manera que en ocasiones como reuniones, o el curso al que asistía, no me quedo en un rincón separado del resto (como hacen más de uno y una) sino que a los ...
«1234...13»